La relación madre e hijo en temas de dieta ha sido ampliamente estudiada, no así la tríada madre-padre e hijos. Esta es la apuesta de la Dra. Berta Schnettler, investigadora UFRO, que en un nuevo proyecto, aborda el perfil familiar para evaluar la calidad de la alimentación en las familias chilenas. |
Considerando que actualmente Chile tiene el mayor número de ciudadanos con sobrepeso en América Latina y ocupa el sexto lugar en el mundo en obesidad; cabe preguntarse qué factores familiares inciden en estas alarmantes cifras. “Los problemas nutricionales y su efecto sobre el peso se manifiestan en Chile en todas las edades. En 2015 la prevalencia de la obesidad en adultos fue del 23,2% y el 25% de los niños tienen sobrepeso u obesidad. El problema es aún más grave entre los adolescentes, ya que el 34,3% estaba en el rango de sobrepeso u obesidad”, explica la investigadora. Se suma a lo anterior que la obesidad durante la adolescencia se asocia con un mayor riesgo de obesidad y condiciones crónicas de salud como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y muchas formas de cáncer en la edad adulta. “Esto es relevante, ya que los comportamientos alimentarios desarrollados durante la adolescencia tienden a persistir hasta la edad adulta y la familia tiene mucho que ver”, agrega la Dra. Schnettler. ESTUDIO EN TEMUCO Los hallazgos muestran que el papel de la madre es clave para mejorar la calidad de la dieta en los hogares, pero las intervenciones para mejorar una dieta deben considerar a cada miembro de la familia, especialmente al padre, quien tiene mucho que aportar desde sus propias experiencias alimentarias, y los hermanos también juegan un rol fundamental, especialmente cuando llega la hora de comer. “En general las madres se preocupan más por la salud a la hora de elegir los alimentos para su familia, mientras los padres tienen mayor influencia en el consumo de alimentos no saludables pero sabrosos por parte de sus hijos”, comenta la investigadora. Ahora bien, los padres pueden influir positivamente en los hábitos de los hijos promocionando y proporcionando el consumo de alimentos saludables, modelando así, opciones alimentarias adecuadas y promoviendo las comidas familiares. “Entonces, comer en familia siempre será más saludable desde el punto de vista emocional, pero si le agregamos una dieta sana, el efecto será mucho más positivo, y si los padres se alimentan mejor, los hijos también lo harán”, agrega. MARIDOS, INGRESOS Y AFECTOS La dimensión afectiva de las comidas como momento de unidad familiar también se incluye como vital dentro de las familias, porque comer juntos es un ritual importante para la interacción, preservando la cercanía de las relaciones, resolviendo los conflictos, expresando afecto, proporcionando apoyo emocional y fomentando la armonía. “Todo esto se asocia con una alimentación más saludable y una menor probabilidad de obesidad o sobrepeso entre los adolescentes. Las comidas en familia también son importantes para el bienestar de los jóvenes”, puntualiza.
PERFIL ALIMENTARIO DE LA FAMILIA CHILENA
LAS CIFRAS DE OBESIDAD
Código Proyecto: 1160005.
Escrito por: Lorena Espinoza
Vicerrectoría de Investigación y Postgrado |