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rene montalba

campo

En un nuevo estudio, el investigador UFRO aborda un tema controversial y muy actual. Busca desmitificar las percepciones que rondan la compra de tierras, el impacto en las comunidades y los verdaderos alcances económicos.

Desmitificar el proceso de la compra de tierras es clave para comprender los alcances que ha tenido la acción gubernamental, especialmente en La Araucanía. A través de un análisis holístico que engloba recursos, personas e impacto en las economías, el Dr. René Montalba se sumerge en una perspectivas diferente que aspira a dar nuevas visiones y construir una realidad diferente.  

“Hemos visto que la compra de tierras por parte del Estado para entregarlas a comunidades mapuche u otros grupos étnicos, está llena de ideas preconcebidas producto de la reforma agraria anterior, la que se llevó a cabo entre los años 1962-1973”. Según el académico, impera aún, la idea que las tierras son entregadas a gente que no sabe trabajarlas, que la dejan botada, que eran terrenos muy productivos, y que su mal uso ha provocado degradación y pobreza. 

“Es un mito urbano que se ha reproducido con fuerza sin muchos fundamentos y pocos datos reales”. Lo anterior basado en un estudio efectuado por el Centro de Estudios Libertad y Desarrollo que concluyó que la compra de tierras lleva a la degradación, a la pérdida de recursos naturales  y a la precariedad de la economía local. Se suma la idea que las tierras son altamente productivas, que los nuevos dueños no trabajan y que no hay impactos de ningún tipo. 

LO QUE EN VERDAD OCURRE

Pero este proyecto busca saber que ha ocurrido en verdad con los recursos. “Queremos hacer una evaluación completa incluyendo capacidades productivas, impacto ambiental, económico, social y territorial. Se trata de la calidad de vida de los involucrados en este proceso de compra que también queremos evaluar”, precisa Montalba.

De hecho, el estudio busca responder algunas interrogantes sencillas pero que nadie se ha preguntado: ¿Qué ha pasado con los vecinos?, ¿Qué ha pasado con los vínculos entre ellos?, ¿Qué tanto se han afectado o beneficiado?. “Es algo que queremos develar para así dar una mirada certera  de este proceso, y empezar a terminar con los mitos urbanos que han construido una realidad que no es tal. Hay detractores y defensores que se basan en percepciones algo románticas y nuestra tarea es aportar con datos concretos”, asegura.

 



DERRIBANDO MITOS

Hay un solo estudio sistemático de este proceso, encargado por CONADI en 2010, donde se entregaron 100 mil hectáreas y Los expertos de laUFRO analizaron 40 mil  hectáreas del BíoBío, La Araucanía,  Los Lagos y Los Ríos. Fueron 800 casos estudiados y en esa oportunidad el proyecto desmintió el mito más propagado, que   era que las tierras eran productivas. Pero resultó ser que el 70% de ellas eran  forestales. No eran fértiles, sino cerros que las comunidades querían recuperar, por un tema cultural, ancestral y familiar. “También es mentira que la gente no los usa. Los usa en la medida de lo posible, no todos son habitables, no hay servicios básicos, ni acceso. Hay muchas discordancias y los instrumentos del Estado no siempre son acordes a las necesidades”.

 

 

Desde 1994 han sido compradas cerca de 140.000 hectáreas a comunidades mapuche, 80% de las cuales se ubican en la Región de La Araucanía. Pese a la cuantía de los recursos invertidos, no existe una política para el seguimiento y/o evaluación de este proceso ni de sus efectos en las comunidades “beneficiadas” o de los predios adquiridos, mucho menos de los posibles impactos locales.

 

escrito porEscrito por: Lorena Espinoza
Vicerrectoría de Investigación y Postgrado