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Invitado a las sextas Jornadas de Ética Científica que organizó la UFRO, el Médico Cirujano y académico de la U. de Chile, Dr. Carlos Valenzuela Yuraidini, no tuvo reparos para abordar el tema ético relacionado con la situación país, el ejercicio de la academia y el rol de las nuevas generaciones de investigadores.

Pedagogo en Religión y Moral, especialista en Genética y postdoctorado en Citogénica Evolutiva, el Dr. Valenzuela desborda pasión y consecuencia. Crítico del Chile actual y sus procesos políticos, no duda en disparar dardos contra las decisiones gubernamentales, la perpetuidad de un sistema económico nefasto, los temas inconclusos a nivel país, y que, además, según él, vivimos en la ética de la corrupción. 

¿Cuáles son los problemas más comunes que enfrentan los comités de ética de las instituciones?, ¿Hay alguna vía para resolverlos?
Creo que el problema más grave es la conciencia ética que hay en Chile, es decir la conciencia que debe tener todo investigador para que su estudio se ajuste a las normativas éticas nacionales e internacionales. Hay una ignorancia muy grande. Y es un problema político, porque Chile suprimió la ética por constitución y por ley. Cuando hubo el problema de la libertad de trabajo se emitió una ley que dio libertad, pero que suprimió la ética de los colegios profesionales, y eso se traduce que muchos de los investigadores ven las exigencias éticas como un obstáculo. Y quiero decir que la ética científica es una ayuda para hacer una mejor investigación, pero esta idea no está lo suficientemente difundida a nivel país.

¿A qué escenario nos enfrentamos como país éticamente hablando?
Las instituciones desde la Presidencia de la República hasta las empresas deben valorar la ética. Debemos recuperar la tuición de ella desde los colegios profesionales a la brevedad. Es una herencia de la dictadura que la Concertación, la Alianza y la Nueva Mayoría no quisieron revertir. Hoy la única ética que impera es la friedamaniana, donde Friedman dice que la única ética posible es la optimización de la ganancia monetaria de la empresa.

La Presidenta Bachelet quiere formar una comisión de ética para la probidad dentro de las empresas. Pero ¿a qué comisión nombra? Puros economistas y dos abogados. La Sociedad Chilena de Bioética jamás ha sido consultada y ningún comité de ética de ninguna universidad. Hay gente muy experta para opinar de lo que sea necesario, en muchos ámbitos, pero que nunca son llamados. La academia no es tomada en cuenta, se llama a los eticistas, los escuchan, pero no les hacen caso, por lo tanto,nada cambia. Hay un entendimiento en Chile de que la ética es un sistema de optimización de otras ganancias.

¿Y qué puede hacer la academia para revertir la situación?
Hay que hacer una ley de universidades verdadera. Y la LOCE hay que destruirla porque liquida la ética, la estética y la intelectualidad, y sólo reconoce a las universidades como entes que producen. Perpetua la idea que la educación es un bien de consumo y que las instituciones de educación superior tienen que formar profesionales que optimicen la ganancia de las empresas. Y por eso no puede ser universidad una facultad de arte, no puede haber centros de ocio intelectual, resulta que está prohibido, y en cualquier otra parte del mundo sí es posible.

La cultura legal constitucional en Chile ha gritado muera la academia, muera la intelectualidad, muera la estética, muera la ética. Si las leyes son una agresión total a la cultura superior chilena ¿que esperamos?. Y ahora veo que no hay academia en Chile. Corrieron con esto de la vinculación externa. Corrieron los investigadores y académicos a venderse a las empresas. ¿Y qué pasa con los que hacemos ciencia pura? Yo estoy investigando si el azar es orden o desorden, pero ¿a quién le puede interesar eso? y ¿quién me va a pagar por eso?.

Y según esa postura, ¿qué es lo que las universidades deberían investigar?
Lo que hay que investigar son desarrollos ecológicos, el 90% de las especies que viven en el Desierto de Atacama, por ejemplo, no se conocen. ¿Pero qué país va invertir en evolución? Entonces ese el problema moral, no se quiere invertir en algo que entrega conocimiento puro a un plazo de 10, 15 ó 50 años. Este tipo de estudios son los que le convienen a la humanidad. Aristóteles o Platón invirtieron a cinco mil años plazo, ese es el tipo de inversiones que necesitamos. Pero como estamos en una sociedad inmediatista, todo tiene que ser ahora. Estamos frente a cambios profundos y seguimos improvisando, por eso dejar de instalar la ética, las normativas morales, nos va a llevar a la delincuencia total. Se suprimió la ética trascendente y solo impera la ventajista, la del más vivo, la del que puede.

Estamos en un escenario poco alentador. Si no hay ética ¿qué es lo que nos norma? ¿Cómo nos regulamos?
Vea a usted que nos hemos denominado neoliberales, pero no somos eso ni liberales. Somos una sociedad oligárquica: tres grandes cadenas de farmacias, tres o cuatro grandes cadenas de retail, todos de una familia y entre ellos emparentados. Ni siquiera somos una república, Chile es una sociedad privada, oligárquica y nepótica. Eso es lo que vivimos, con un disfraz hipócrita. Hay una perversión tremenda, hay una corrupción del lenguaje e intelectual. Todo se disfraza de moralidad. Entonces a un individuo lo están torturando y se dice que es un apremio ilegitimo. Vivimos en la ética de corrupción.

 

escrito porEscrito por: Lorena Espinoza Arévalo
Vicerrectoría de Investigación y Postgrado