“Ya no me considero forastero, como dice la conocida canción dedicada a los extranjeros, yo ya soy casi un ciudadano chileno”, dijo José Miguel Barea en 2013,  cuando recibió la distinción por parte de la Universidad de La Frontera.

La entrega con sus amigos, su generosidad, inteligencia, galantería, buen humor, pero por sobre todo, la capacidad científica y liderazgo para formar grupos y personas, eran algunas de las características del profesor José Miguel Barea, connotado científico español, que forjó estrechos vínculos con nuestra institución y que hoy la Universidad de La Frontera despide desde lejos.

Fue uno de los miembros fundacionales del Doctorado en Ciencias de Recursos Naturales y del Núcleo Científico en Recursos Naturales, BIOREN-UFRO, y junto a la Dra. María de la Luz Mora, el Dr. Fernando Borie, el Dr. Rolando Demanet, el Dr. Alex Seguel y el Dr. Pablo Cornejo, entre otros, crearon un lazo de amistad que no solo aportó en la generación de conocimiento, nuevas investigaciones e ideas, sino que la cercanía que los unió hizo que gran parte de la internacionalización que hoy tiene la Universidad en el área de biorrecursos sea gracias al apoyo del Dr. Barea.

De hecho, estuvo tan íntimamente ligado a la UFRO que en 2013 la institución lo distinguió con la Medalla Rectoría, reconocimiento que fue otorgado por su experiencia y contribución a la formación de capital humano avanzado en La Araucanía. En esa oportunidad declaró: “Recibo esta distinción con mucha emoción y solo me resta decir muchísimas gracias desde el corazón, ya que mi relación con la UFRO en los últimos años ha ido en ascenso y he participado activamente en cursos, workshops, seminarios, estadías cortas y principalmente, en el Doctorado de Ciencias de Recursos Naturales”.

AMISTADES VERDADERAS

En 1977 conoció al Dr. Fernando Borie, quien en ese entonces cursaba la onceava edición del Curso Internacional de Edafología y Biología Vegetal que dictaba la Estación Experimental del Zaidín en Granada, España. Una amistad de casi 40 años que trajo todo lo bueno que hacen los amigos: conocimiento, compañía, orientación, consejo, visión de mundo y, por supuesto, nuevas miradas para desarrollar la ciencia al sur del mundo.

“Para encontrar lo significativo de todo lo que nos ocurre hay que encontrar sus raíces”, dijo en una de las tantas entrevistas que concedió en la UFRO. Y lo significativo cobra sentido hoy, cuando la institución lo despide de manera simbólica por medio de este escrito.

“Con el Dr. Barea inicié mis primeras publicaciones en conjunto”, recordó Fernando Borie. Y así fue como en 1985 la UFRO se adjudicó uno de sus primeros proyectos Fondecyt, el cual fue el detonante para iniciar una serie de intercambios científicos entre esta Universidad y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.

“Quiero darte las gracias a José Miguel, maestro y amigo por todo lo que nos has entregado. Somos conscientes de las profundas huellas que has dejado y de cómo has contribuido a hacer más grande nuestra institución”, dijo en 2013 Fernando Borie en la ceremonia de reconocimiento. Hoy, reafirmó sus palabras y añadió que Barea dejó toda una escuela de formación doctoral, tanto en Chile y Latinoamericana. “Con él se iniciaron las investigaciones en micorrizas. Él fue precursor de estos estudios, que hoy nos distinguen”.

De similar opinión es el Dr. Pablo Cornejo, otro científico que estudió bajo su alero y dijo que Barea dejó hijos y nietos en la ciencia. “Esto lo convierte en la raíz de muchos de los grupos y laboratorios que hoy en día trabajamos con micorrizas, no sólo en Chile, sino en Latinoamérica e incluso más allá de nuestro continente”.

GRAN CABALLERO Y CIENTÍFICO DE EXCELENCIA

“José Miguel fue un ejemplo para todos nosotros. Un gran caballero, divertido, un poco loco, pero un gran científico, que guió los pasos del Dr. Borie y del Dr. Demanet. Su aporte fue fundamental para para consolidar el prestigio internacional del Doctorado en Ciencias de Recursos Naturales, y como hoy sabemos, las universidades no son nada sin la internacionalización”, comentó la directora de BIOREN-UFRO, Dra. María de la Luz Mora.

Barea obtuvo su título de farmacéutico en 1966 por la U. de Granada y en 1968 obtuvo el grado de doctor de la misma universidad. Ese año comenzó a desempeñarse como profesor adjunto de microbiología de esa casa de estudios y también fue profesor del Curso Internacional de Edafología Biología Vegetal -curso que en julio de este año cumplió 50 años de vigencia- iniciando formalmente su carrera como investigador al alero dela Estación Experimental del Zaidín. Allí pasó por las distintas jerarquías de colaborador e investigador, para finalmente en 1984 alcanzar la jerarquía máxima de profesor de investigación del CSIC y posteriormente ser su director entre 1989 y 1998. En 2012 fue nombrado Académico Numerario de la Academia de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales de Granada.

Fue profesor en cursos Máster de Excelencia de la U. de Granada y de la U. de Murcia, consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), consultor la Fundación Internacional para la Ciencia y profesor honorífico de la UBA, entre otros.

Escrito por: Lorena Espinoza Arévalo
Vicerrectoría de Investigación y Postgrado