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Pacientes con enfermedades coronarias se verán beneficiados con esta nueva forma de rehabilitación. Al mismo tiempo el aporte a la salud pública será significativo, pues supone entregar más prestaciones a un menor costo.

Los programas de rehabilitación cardíaca están diseñados como una intervención de prevención secundaria para pacientes que sobreviven a eventos cardiovasculares. Su efectividad ha sido probada y reducen la mortalidad y posteriores hospitalizaciones, sin embargo, es una intervención subutilizada, principalmente por la escasez de programas y por el bajo número de pacientes que acceden a ella, especialmente en sitios de bajos y medianos recursos como lo es en el contexto Latinoamericano. De hecho, solo poco más del 5% de los pacientes en Chile accede a esta rehabilitación.

En este contexto, la Dra. Pamela Serón de la Facultad de Medicina de la UFRO, apostó por un modelo de rehabilitación más accesible que ayude más y mejor a los pacientes y también al sistema de salud pública del país. “Hemos diseñado un programa que esperamos probar, a través de un ensayo clínico al alero de un proyecto FONDECYT, y es más que nada una rehabilitación cardíaca en base a ejercicios, que involucra menos recursos, pero que hipotetizamos no es inferior al programa habitual”, explica la investigadora.

EJERCICIOS EN CASA

Es así como, los pacientes podrían ir a un centro de atención a someterse a un programa de entrenamiento de no más de diez sesiones donde aprendan a realizar los ejercicios, en tiempo e intensidad adecuados, para luego pasar a una fase de monitoreo a distancia por parte de los responsables de la rehabilitación.
Ese monitoreo será a través de llamadas y mensajes de texto permanentes y programados a los pacientes para verificar y/o recordar que es el momento de continuar con la rutina de ejercicios para la rehabilitación. “Queremos que las personas continúen con sus ejercicios en casa o en su comunidad, que vayan menos al hospital u otros centros. Lo hemos pensado como un apoyo a la salud pública, al tiempo de que las personas pueden retomar su rutina habitual con más naturalidad”.

El estudio está pensado para reclutar 314 pacientes con enfermedad coronaria: síndrome coronario agudo o enfermedad coronaria estable que hayan recibido tratamiento médico, trombólisis, angioplastia o cirugía de revascularización y que hayan firmado el consentimiento informado. Todos ellos son pacientes de cinco centros de salud en Santiago y uno de La Araucanía, y en el diseño de la intervención incluye kinesiología mediante el ejercicio como intervención principal, la consejería nutricional y sobre tabaquismo, y la derivación y control médico habitual.

MENOS ES MÁS

Para la investigadora, es necesario probar que esta apuesta, que califican como rehabilitación cardiaca “híbrida” pues integra el trabajo en un centro de atención con el monitoreo telefónico del trabajo en el hogar, no es inferior a la intervención habitual, que es en un centro de salud por un tiempo más prolongado y supervisada presencialmente.

“Es un proyecto basado en las sugerencias del Consejo Internacional de Prevención y Rehabilitación Cardiaca, que hace para centros y países de bajos recursos. Y es lo que queremos implementar en Chile: instaurar nuevas modalidades de rehabilitación para estos pacientes, que contribuyan a disminuir la probabilidad de un nuevo infarto, de hospitalizarse por una nueva complicación o de desarrollar una insuficiencia cardiaca, involucrando menos recursos para los sistemas de salud y para el paciente, al mismo tiempo que se mejora la cobertura”, agregó la Dra. Serón.

 

escrito porEscrito por: Lorena Espinoza Arévalo
Vicerrectoría de Investigación y Postgrado