Ex Rector de la UFRO en el periodo 2002 – 2018, recibió la máxima distinción en mérito a su trayectoria académica y legado en sus más de 43 años como parte de la historia de esta Casa de Estudios Superiores.

“Recibo este reconocimiento con alegría y humildad. Es un premio para todos quienes han colaborado conmigo y para quienes me dieron la oportunidad de trabajar con ellos”, sostiene el ex rector Sergio Bravo Escobar tras recibir la Medalla Trayectoria Académica 2019.

A siete meses de haber dejado el liderazgo de la Universidad de La Frontera después de 16 años, recuerda con emoción el aplauso unánime que recibió en el Aula Magna repleta al traspasar su cargo al Rector, Dr. Eduardo Hebel.

“Fue un momento que uno nunca va a poder olvidar, ese largo aplauso fue una forma de darse cuenta que los colegas piensan que se ha hecho un gran trabajo, pero no basta lo técnico, sino que uno percibió que había afectos, cariños, eso es lo que más uno atesora. Pensé que había recibido todo el cariño ese día, por eso a uno igual le sorprende este nuevo reconocimiento”, puntualiza.

Una trayectoria de 43 años lo liga fuertemente a la historia de la Universidad de La Frontera. En 1975 ingresó a la antigua Sede de la Universidad de Chile, al Departamento de Química y Biología. en calidad de ayudante de Química General principalmente para las carreras de Enfermería, Tecnología Médica y Químico Laboratorista. Desde esa fecha inicia una importante trayectoria académica que lo llevó a liderar y ser actor principal en la creación de diversas Carreras y Departamentos Académicos.

Fue en la década del 90 en que Sergio Bravo Escobar comenzó un camino que culminó por dejar una huella en la UFRO. Bajo el cargo de director del Instituto de Agroindustrias, lideró un innovador modelo de gestión que marcó escuela y llamó la atención del entonces Rector Heinrich Von Baer.

En el 2000 asumió el cargo de Vicerrector de Administración y Finanzas, el que desarrolló por dos años, hasta que aceptó postular al cargo de Rector de la Universidad de La Frontera. “Nunca anhelé un cargo de estas características. Fue un grupo de académicos quien me solicitó postular. El afecto y apoyo que sentí, me llevaron a aceptar esa responsabilidad”, recuerda.

“No fue fácil el comienzo porque se trataba de desarrollar un proyecto con pocos recursos y precariedad en los espacios. Esto fue un trabajo largo de cómo aplicar estrategias y convencer de que se podía hacer universidad con humanismo, pero también cumpliendo ciertas disposiciones legales que rigen para las universidades públicas. Fuimos construyendo esto entre todos y en base a lo que dejó el Rector Von Baer”.

ACREDITACIÓN

Aunque subraya con énfasis que la acreditación institucional es un trabajo colectivo, Sergio Bravo Escobar fue quien lideró el proceso que tiene hoy a la UFRO ubicada en el grupo de “universidades de excelencia” en el país.

“Fue un bonito cierre que en el momento en que yo salí del cargo de rector, esta universidad haya recibido una acreditación que la coloca en el grupo de las universidades de excelencia. Más que a mí, a toda la comunidad universitaria, nos debe llenar de orgullo este gran logro. Hay que cuidarlo porque es el trabajo de muchos años y de mucha gente que creyó que si se puede hacer buena universidad en La Araucanía”, agrega.

En el plano más íntimo, ¿Qué costos tuvo en lo familiar y en su vida personal, estar por tantos años en el cargo de Rector?, ¿Qué reflexión hace sobre ese tema?

El cargo de Rector implica viajar mucho, porque gran parte de las decisiones se toman en Santiago. Uno pasa mucho tiempo fuera de la casa, y claro que eso puede tener un costo familiar, pero que fue comprendido en la casa; era mi tema, mi trabajo, era lo que me hacía estar conforme. No hubo mayores problemas, más allá de algunas complicaciones que a uno lo han acompañado durante todo estos años y que en especial en época de estrés.

Usted comenzó en el Instituto de Agroindustrias y hoy regresa al mismo lugar. ¿Cómo ha sido ese regreso a su origen en la universidad?
No sido fácil, particularmente porque en el último tiempo la meta era llegar a una acreditación y al día siguiente no hay nada. No me preparé como para decir que terminó acá y mañana sigo con esto otro. Todas mis capacidades estaban puestas en la acreditación, y lo expresé públicamente que mi interés era apoyar a un nuevo gobierno universitario. He estado lleno de invitaciones de otros gobiernos universitarios y eso a uno lo llena de orgullo a uno que en otras partes se valora el desarrollo de la UFRO y en la cual uno colaboró para que esa valoración exista.

¿Cuál es la visión actual que tiene de la universidad?
Siempre he pensado que la universidad se construye todos los días. Nunca termina de construirse. Hay muchas construcciones que empezaron hace dos o tres años, les di mi aprobación. Lo importante es que esta universidad se siga desarrollando desde lo ya avanzado, porque el sistema es muy complejo. Lo mejor es tomar lo bueno y perfeccionar lo que está débil.

¿Cómo se imagina que se va recordar su liderazgo como Rector?
Creo que como alguien que contribuyó a que esta universidad se siguiera desarrollando, nada más que eso, pero que se hizo en un clima pluralista de afectos y cariños, logrando que los espacios universitarios sean espacios vivibles. Uno trató de que todos crecieran en una institución de espacios abiertos y de que confiaran en que sí se podían lograr grandes éxitos.

¿Cuál es el mensaje que le gustaría entregar a los funcionarios y administrativos de la universidad?
El mensaje fundamental es que esta es nuestra segunda casa, que todos debemos esforzarnos para seguir engrandeciendo esta institución, de que ojalá no haya pugnas de poder porque eso nos hace mal a todos, y que tratemos de vivir en armonía y con una mirada positiva frente a los futuros escenarios, tal como lo hice yo”.

Escrito por: Sergio Valenzuela
Dirección de Comunicaciones