Desde 1983 que se celebra en el mundo el Día Internacional de la Mujer Indígena. Fue fijado el 5 de septiembre para recordar y rendir homenaje a Bartolina Sisa, mujer aymara que luchó en contra de los conquistadores españoles, siendo asesinada por ellos en 1782. Su historia hizo que se convirtiera en la imagen simbólica del liderazgo femenino indígena, y así como ella, muchísimas otras mujeres de esta tierra en los último 200 años, han librado diversas luchas por conservar sus costumbres, tradiciones, territorio y cultura.

Si nos ceñimos a este territorio, la presencia de las mujeres mapuche ha sido fundamental para el desarrollo y permanencia de culturas tradicionales, imprimiéndonos un sello único que nos distingue como sociedad. Ellas han contribuido a preservar la herencia de sus ancestros, y en la actualidad, a ganar nuevos espacios de participación.

Pero también hay mucha invisibilización, y hoy las mujeres mapuche, en pleno año 2019, en un Chile que quiere ser desarrollado, es uno de los grupos que sortean mayores brechas respecto del resto de la sociedad. De hecho, la mayor vulnerabilidad está en ellas, sobre todo las que viven en zonas rurales, donde las diferencias con los hombres y población no mapuche son abismantes, debido al trabajo precarizado, baja cobertura en salud y bajos niveles de escolaridad.

Pero a pesar de esta realidad, hoy saludamos a las mujeres mapuche que son lideresas, dirigentas, trabajadoras, académicas y estudiantes que han ido encontrándose, reconociéndose y creando espacios para su visibilización y reconocimiento en sus comunidades, familias y entorno.