Una línea de investigación novedosa y con un fuerte eco a nivel internacional están desarrollando investigadores es esta casa de estudios. Uno de sus máximos referentes es la Dra. Laurie Graham de la Universidad de Queens en Canadá, quien participó en el marco del 1er Workshop de la Red de Investigación en Ambientes Extremos, organizada por la Universidades de La Frontera, de Antofagasta y de Magallanes.

Preservar un órgano en condiciones óptimas para un trasplante o mantener la calidad de los alimentos son solo algunos de los beneficios que los científicos han descubierto al estudiar las propiedades de las proteínas anticongelantes.

Son más de 20 tipos las que han sido exploradas y hoy, en el laboratorio de Biología Molecular Aplicada a cargo de la Dra. Leticia Barrientos indagan aún más sobre este tema. Para ello unió esfuerzos con la Dra. Laurie Graham, de la Universidad de Queens en Canadá, considerada como una de las expertas mundiales en el desarrollo de estas investigaciones.

La UFRO ha desarrollado estudios sobre criopreservación de gametos y otros investigadores exploran la idea de preservar bacterias, por lo que las posibilidades de abrir nuevas líneas de investigación o ahondar en algunas existentes, es una oportunidad real, que viene a potenciar el quehacer científico de la universidad.

“La consolidación de la Red de Investigación en Ambientes Extremos, formada entre las universidades mencionadas es un nuevo desafío de trabajo colaborativo. Junto al Dr. Pedro Zamorano de la U. de Antofagasta, el Dr. Pedro Cid de la U. de Magallanes y colaboradores internacionales de la calidad de la Dra. Laurie Graham, esperamos poder contribuir sustantivamente a la investigación mundial en esta área”, precisó la Dra. Barrientos.

POSIBILIDADES

Según la Dra. Graham, hay muchas aplicaciones posibles, pero las más significativa es la referente al trasplante. “Un órgano puede conservarse, con las técnicas actuales, hasta 48 horas. Con la aplicación de estas proteínas, a una temperatura que no supere los 5 grados, podemos extender ese período”.
Otra aplicación de una proteína de esta naturaleza es en los alimentos ya que podrían reducir el daño que produce el hielo cuando todo se congela. “Las zanahorias tienen proteínas anticongelantes de manera natural. También están presentes en algunos peces como el bacalao. Entonces, si podemos aplicarlas a la comida congelada podríamos conservar su calidad”.

Escrito por: Lorena Espinoza Arévalo
Vicerrectoría de Investigación y Postgrado