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UFRO eduardo hebel

 

 

 

Estamos ante un nuevo Chile. Así han bautizado algunos al país que nació tras el estallido social del 18 de octubre, y que nos obliga un análisis distinto de todas las variables que nos conciernen como sociedad y universidad.

2020 será quizás uno de los años más agitados de la última década. Estamos dando la bienvenida a un nuevo decenio de manera estrepitosa. No solo estamos frente a un movimiento ciudadano a gran escala, sino que también nos enfrentamos a un Chile polarizado, donde es posible que se reediten con fuerza antiguas diferencias.

Lo que está en juego en este momento tiene que ver con el respeto, la solidaridad, el compromiso, la transparencia y la honestidad.

Como universidad queremos ser coherentes y consecuentes, y contribuir a acortar las brechas de injusticia y desigualdad. En ese plano, el acceso a una educación de calidad, figura entre las tres principales demandas que esgrime el movimiento ciudadano (las dos primeras son jubilación y salud). La sociedad demanda una educación de excelencia y calidad, lo que nos hacer ser aún más conscientes de que es y será el pilar fundamental para construir el Chile que queremos. Nuestros estudiantes son el futuro y también son agentes de cambio.

Sin embargo, debemos se conscientes que los cambios van unidos a momentos desafiantes, donde se pone a prueba el temple, la empatía y la compresión del otro. Por esta razón, es que mi llamado y reflexión es a no caer en los excesos y apasionamientos. No a la violencia, no al rencor y no a la agresión. Todos queremos un país más solidario y más justo.

Seamos coherentes de manera digna con nuestras propias convicciones, donde predomine la mesura y la templanza.

En esta nueva Conmemoración del Día Internacional de la Mujer, este es mi especial saludo para las mujeres de nuestra universidad y de La Araucanía.

Ellas, a través de la historia de nuestro país y el mundo, han trabajado incansablemente para que sus derechos sean reconocidos en diversos ámbitos: trabajo, familia, educación y política, por nombrar algunos.

Gracias a su convicción ellas alcanzaron conquistas que hoy nos permiten decir que la equidad de género es posible. Y es fundamental que la sociedad chilena tenga conciencia, compromiso y voluntad para avanzar a la transformación y superar estas desigualdades históricas. Solo así lograremos un país más justo y equilibrado.

Eduardo Hebel W.
RECTOR

 

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