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La irrupción de la crisis sanitaria por la pandemia del COVID-19, ha llevado a replantearnos nuestra cotidianeidad y ha alterado, considerablemente, nuestras rutinas diarias, debiendo mantener distancia física y confinamiento en la medida de lo posible. A esto se suma la suspensión de clases y cierre de los recintos educativos. Según Barberá (et al, 2001), Lozano (2005) y García (2017), en los últimos años la educación a distancia ha dejado de ser considerada una modalidad educativa de "segunda fila", abriéndose un espacio legítimo dentro del contexto educativo mundial. Al mismo tiempo, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) han permitido modificar las formas más convencionales de enseñar y aprender ante la necesidad de formar ciudadanos para el siglo XXI, dotados de un pensamiento abierto, crítico y reflexivo para asumir los nuevos retos sociales. EXPERIENCIA EN EDUCACIÓN DE TALENTOS Dicha adaptación ha requerido para los docentes del Programa repensar la planificación original de sus cursos y talleres, transformando para ello las unidades y sesiones, en módulos de aprendizaje y actividades semanales. Se definió una modalidad mixta de aprendizaje, que contempla estrategias de desarrollo de contenidos a través de actividades sincrónicas y asincrónicas. Como testimonio, el Mg. Daniel Silva Labraña, psicólogo y docente del taller “Y ahora qué?”, comparte que la docencia online es todo un desafío. “Considero que esta experiencia es enriquecedora y que, en cierta medida, es posible salvaguardar los resultados de aprendizajes y competencias a desarrollar en los estudiantes. Sin embargo, es importante recordar que la asignatura no ha sido originalmente diseñada para ser impartida online, por lo que los ajustes son necesarios. La creatividad, interacción, comprensión del otro, es vital; ya que no es una docencia a distancia, sino una docencia de ‘emergencia’ a distancia”. Tal como plantea Vijil (2020), poner en funcionamiento la educación en modalidad no presencial en contexto de crisis, ha implicado actuar con diligencia en la búsqueda de soluciones y realizar importantes esfuerzos para acompañar a profesores, estudiantes y sus familias, y lograr así que el aprendizaje continúe; esto, ya que su implementación ha traído consigo desafíos para todos: para los profesores, que sin estar capacitados han tenido que aprender sobre la marcha a utilizar plataformas y recursos digitales; para los estudiantes, que han debido sumar a las demandas escolares esta nueva metodología, para la que no necesariamente cuentan con las herramientas o habilidades. También para las familias, enfrentadas a la necesidad -o carencia- de conexión a Internet, dispositivos electrónicos, conocimiento disciplinar y tecnológico; así, como de un espacio y tiempo para apoyar a sus hijos e hijas. Si bien los resultados deberán ser evaluados en el largo plazo, la experiencia será un importante aprendizaje para el sistema educativo en general, para los establecimientos educativos en todos sus niveles; así, como para nuestro Programa. Mg. Lía Leal Cheuquelaf
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