La cuarentena para combatir el coronavirus ha cambiado radicalmente el estilo de vida de la población, siendo uno de los más significativos el de los patrones de compra, preparación y consumo de alimentos.

Así lo demuestran los resultados obtenidos a través de encuestas realizadas a 854 personas de todo Chile (68,8% mujeres), en el marco del estudio internacional Corona Cooking Survey. Esta investigación concluye que la cuarentena produce cambios negativos y preocupantes en los hábitos alimenticios, pero también otros positivos. Entre los negativos destaca la mayor frecuencia de preparación de alimentos con ingredientes no saludables -49% de la muestra aseguró usar ingredientes saludables frecuentemente, lo que bajó a un 42% durante la cuarentena-, debido a que ya previo a la pandemia una alta proporción de familias no se alimentaba en forma saludable.

Otro aspecto preocupante es que la compra de alimentos pasó de ser una actividad que para algunos implicaba disfrute, a una fuente de estrés, probablemente por el miedo a contagiarse con coronavirus durante la compra. Aunque el estrés se ha controlado comprando con mayor frecuencia por internet y con reparto a domicilio, esto último también representa un potencial riesgo, ya que muchas veces los alimentos que se piden a los delivery no son saludables.

Desde el lado positivo, aumenta la importancia que las personas atribuyen a las comidas como un momento importante del día para la familia. Antes, un 70% de la muestra consideraba las comidas como parte importante del hogar, porcentaje que aumentó al 80% durante el confinamiento. Esto, en general, se asocia con una alimentación más saludable, pero además con una mayor interacción de los integrantes del grupo familiar.

También destaca el aumento significativo de la frecuencia con que las personas realizan una lista previa de compras, lo que permitiría hacer compras menos impulsivas, permitiendo ajustarse mejor al presupuesto.

Un aspecto altamente relevante para el medio ambiente y el aprovechamiento de los recursos, es el uso más eficiente de la comida sobrante -antes de la cuarentena el 26% de la muestra cocinaba con sobrantes de otras comidas, a menudo o todo el tiempo, porcentaje que aumentó al 35%-, pues hoy los restos se usan para preparar otras comidas. Esta tendencia se había evidenciado en ciertos grupos de chilenos más sensibles a temas medioambientales y en países europeos, pero no era importante en Chile.

Compartimos enlace a columna de opinión publicado por Diario El Austral en su edición del sábado 20 junio con el título “Nuevos hábitos en pandemia: Comida menos saludable, pero un momento para compartir en familia”

Berta Schnettler Morales
Académica del Departamento de Producción Agropecuaria
Universidad de La Frontera