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UFRO rector eduardo hebel

 

 

 

Hace unos meses, producto de la pandemia, un grupo de legisladores propusieron en primera instancia, congelar el pago de aranceles en las Universidades del Estado. No tengo duda que fue una idea pensada en las familias y los jóvenes, dado el difícil escenario económico que vive el país. Esa medida no prosperó; sin embargo, el Ministerio de Educación en el contexto de la Ley 21091 propone la modalidad de aranceles regulados para cada carrera.

Como Rector de una universidad pública, enclavada en la región catalogada como la más pobre del país, me atrevo a decir que esta propuesta es, por decir lo menos, un nuevo contratiempo en el desarrollo y proyecciones de las universidades del Estado, en contexto de crisis sanitaria y su futuro inmediato. No porque no seamos conscientes de los momentos que atraviesan los estudiantes y su entorno, sino, porque supone un sistema mucho más dañino del que ya tenemos, que pone a las universidades a competir entre sí respecto de su oferta académica.

Es claro que el sistema de financiamiento de educación superior de nuestro país debe ser revisado en profundidad, donde el análisis de los aranceles de carreras es una tarea que se debe realizar; sin embargo, hoy nos hemos visto enfrentados a un modelo propuesto por el Ministerio de Educación, que está muy lejos de aplicarse a la realidad social y económica de Chile y de nuestras regiones.

El modelo propuesto, asume que nuestro sistema de educación superior es homogéneo, y eso no es así; tenemos realidades muy diferentes de norte a sur, en cuanto a los procesos formativos, financiamiento, naturaleza social de los estudiantes, entre otros. Por otra parte, no se ha dado respuesta del financiamiento completo para nuestras instituciones, y solo se nos ha mostrado una parte de los resultados, que es este modelo de costos razonables, que aplica muy bien a países desarrollados, como es el caso de Australia; pero esa no es nuestra realidad.

En particular para la Universidad de La Frontera, el impacto económico con el nuevo modelo de aranceles regulados será de proporciones: En el caso de la Carrera de Derecho, este arancel impactará a la baja en un 27%; mientras que para Pedagogías, el impacto con un alza de arancel será de más del 100%. Esto podría equilibrar la balanza; pero aún existen demasiadas interrogantes de cómo estos incrementos se podrán aplicar, dado que no logramos imaginar aumentar un arancel más de 100% de un año para otro.

Asimismo, cada institución obedece a planes de estudio ajustados y adecuados a realidades y necesidades regionales, territoriales, económicas y sociales. Bajo esta premisa, es que regular los aranceles para las universidades sin tomar en cuenta su heterogeneidad, características y proyecciones, es un escenario que difícilmente podremos sortear. Las universidades tienen como misión esencial formar profesionales en todas las áreas del conocimiento y además contribuir a la generación de nuevo conocimiento; esto último, a través de investigaciones y proyectos, y la relación que las instituciones de educación superior establecen con su entorno, debe ser acorde a lo que las personas y territorios requieren, y para eso, es necesario contar con recursos.

Es por esta razón, que desde la UFRO hemos solicitado al MINEDUC más y nuevos detalles de cómo pretenden llevar a cabo esta nueva regulación, porque como institución de educación superior, consolidada y reconocida, debemos seguir velando por el bienestar de nuestros jóvenes, nuestra gente y nuestra región.

Compartimos enlace a columna de opinión publicado por Diario El Austral en su edición del sábados 04 de octubre con el título "El contratiempo de los aranceles regulados”.