Hace unos días, el Ministro de Ciencia y Tecnología, Andrés Couvé visitó la UFRO para lanzar oficialmente el primer ensayo clínico de la vacuna contra el COVID-19 en regiones. Creada por el laboratorio CanSino Biologics, será el único estudio de fase III fuera de la región metropolitana y nuestra universidad tiene el privilegio y enorme responsabilidad de liderarlo para el sur de Chile.

Lo anterior viene a constatar lo que siempre he pregonado y de lo cual estoy convencido: primero, que es fundamental hacer ciencia con sentido y luego, constato que las regiones tenemos un enorme potencial, que esta vez ha sido ampliamente reconocido y validado en un tema tan trascendental, como es, salir adelante de esta crisis sanitaria.

En nuestro país serán 5.200 voluntarios a los que se les realizará el proceso de inoculación durante el próximo mes y medio en Santiago, Talcahuano, Valdivia, Osorno, Temuco y Puerto Montt. En Temuco, el estudio se centrará preferentemente en funcionarios de la salud, para quienes hay 1.400 dosis disponibles. Las vacunas que se aplicarán, cumplirán con los más altos estándares de seguridad, y en ese sentido, es mi deseo transmitir a los voluntarios la confianza necesaria para que puedan ser parte de este ensayo, y cuyos resultados serán los que nos llevarán -de cierta manera- a volver a la vida que conocíamos.

Es así como los ojos del mundo están y estarán puestos en estos ensayos clínicos; y que nuestra universidad haya sido escogida para liderar el estudio, es un reconocimiento a la rigurosidad científica.

El impacto de la pandemia es y será inconmensurable. Todas las áreas de nuestras vidas se han visto afectadas, y si hay algo en lo que debemos actuar pronto, es en esto, en encontrar un antídoto contra el SARS-CoV-2 que le permita a la humanidad volver a tener una vida digna, sin miedo, de cara al sol, con oportunidades y con los afectos que tanto necesitamos.