Luego de las movilizaciones feministas de 2018, donde el punto más alto alcanzado fue el 16 de mayo con la marcha convocada por la Confech, donde se estimó una participación de ciento cincuenta mil personas que se manifestaron en contra de la violencia machista, el sexismo en la educación y la violencia de género, se hizo evidente la necesidad de establecer mecanismos que permitan enfrentar las desigualdades de género al interior de las universidades. |
Tras estas movilizaciones feministas, sumado al trabajo de las universidades estatales y privadas que se había iniciado en 2017, donde se realizó un diagnóstico de la situación de género y existencia de protocolos ante denuncias de violencia, acoso sexual y discriminación en las universidades del Consejo de Rectores (CRUCH). Tras dicho diagnóstico se evidenció que, al igual que en el conjunto de la sociedad chilena, efectivamente existe una brecha de género en estas instituciones: diferencia entre número de académicos versus académicas, menor cantidad de académicas con grado de doctor, menos mujeres en cargos directivos, diferencias en la distribución de matrículas según áreas de conocimiento. Ante esta suma de factores, el CRUCH creó la Comisión de Igualdad de Género. Esta comisión planteó desafíos prioritarios, como impulsar el diseño e implementación de políticas de género en las universidades del Consejo de Rectores, promover estudios, intercambio de información, instancias de cooperación interuniversitaria y el traspaso de buenas prácticas. De esta manera, la Universidad de La Frontera creó en marzo de 2019, la Dirección de Equidad de Género, iniciativa que nace con la intención de mejorar la participación femenina en toda la Universidad, con el fin de eliminar los sesgos culturales que han limitado históricamente a las mujeres en opciones de elección y desarrollo. Actualmente, la Universidad cuenta con un “Protocolo de Actuación para enfrentar Situaciones de Acoso Sexual, Abuso Sexual, Maltrato, Acoso Laboral y Discriminación”, aprobado por la Junta Directiva en mayo de 2019. Posteriormente, el mismo año, se realizó el “Diagnóstico de Situación y Relaciones de Género en la Universidad de La Frontera”; estudio que permitió caracterizar, a nivel triestamental, la situación y relaciones de género presentes en la Universidad de La Frontera, describiendo las brechas, desigualdades y discriminaciones entre mujeres y hombres, en los ámbitos laboral, académico y relacional. Este diagnóstico fue la base para lo que hoy se transforma en un hito histórico para la Universidad de La Frontera; el inicio del proceso deliberativo y de redacción de la Política de Género. Respecto a este momento histórico, el Rector Eduardo Hebel, señaló: “es un hito importante en lo que significa para los avances de la equidad de género dentro de nuestra Universidad. Hemos avanzado en forma progresiva en los últimos 3 años, con mucha rapidez, en comparación a otras universidades. En los avances destaca la creación de la Dirección, la aprobación del Protocolo, y recientemente el diagnóstico en el que se presentan las brechas, desigualdades y discriminaciones de género en nuestra Universidad, instrumento que se ha ido construyendo de manera participativa y triestamental y que se convertirá en la base para la redacción de la Política de género que permitirá la tan anhelada transformación social, normativa y cultural, que permita a las mujeres de la Universidad desarrollarse plenamente, sin ningún tipo de violencia ni discriminación”. “Estamos iniciando un proceso muy demandado y sentido, principalmente por las mujeres que están y las que estuvieron. Es momento de recordarlas desde los distintos espacios, sobre todo el universitario, en el que han luchado para que podamos ir avanzando y accediendo a diferentes carreras, espacios de formación y poder contribuir a los espacios de la toma de decisiones de nuestras universidades; porque es también el sentido que buscaban las mujeres. Poder estar en igualdad de condiciones con los hombres en nuestra sociedad y las universidades, es fundamental, ya que es donde estamos formando a quienes van a estar decidiendo. Todas las personas se pueden formar en igualdad y equidad de condiciones” puntualiza la directora de Equidad de Género, Bárbara Eytel Pastor. “La voluntad de diálogo de construir en conjunto una política que nos permita ir avanzando desde los diferentes ámbitos, de la docencia, gestión y sobre todo lo que nos planteó nuestro Diagnóstico de Género, donde nos dice que en nuestra Universidad aún se viven situaciones muy complejas de discriminación y de violencia, donde todavía las mujeres no estamos en los espacios de poder y qué decir de las personas de otra identidad de género. En esta política, deberíamos empezar a hablar de estos temas”, agregó. Este será un proceso deliberativo donde se buscará un consenso. Es importante que la UFRO vaya avanzando en poder dialogar; por lo tanto, como Universidad estatal y pública, se debe sumar a los acuerdos que ha adquirido el país para la erradicación de todo tipo de violencia de género. Esta política es un compromiso que debe asumir toda la comunidad, donde existen desafíos tras un solo propósito, concretar esa igualdad para que todas las personas puedan desarrollarse plenamente en la casa de estudios. EL QUÉ Y PARA QUÉ DE LAS POLÍTICAS DE IGUALDAD DE GÉNERO EN LAS UNIVERSIDADES Santos señala: “Costó mucho instalar esta necesidad de intervenir y reconocer que las universidades eran espacio de discriminación, y una debilidad importante a nivel país, es que existe un vacío normativo a la hora de poder actuar; por lo tanto, aquí los cambios serán por un compromiso del Consejo de Rectores y de las personas que llevan mucho tiempo comprometidos con el tema de equidad e igualdad. En la UFRO, es destacable el trabajo de Mireya Palavecinos, impulsora de estas propuestas de igualdad de género desde la UFRO y la Comisión de Género del CRUCH”. La expositora puntualiza que el aporte de la teoría de género y el aporte feminista a esta teoría, sirvió de referencia para introducir esta área dentro de las universidades. Además, contamos con un referente muy importante y que cualquier miembro de la comunidad universitaria que trabaje en estos temas, debe conocerlo, hablamos del CEDAW, que da un recorrido y un reconocimiento de cuáles son las desigualdades que afectan a las mujeres y lo que debe hacerse para corregirlas; es un documento emanado de las Naciones Unidas, que reconoce que los DDHH no han sido suficientemente reconocidos para las mujeres. Son estos dos elementos, los que llevaron al Consejo de Rectores a la necesidad de comprometerse a implementar políticas de igualdad de género en las universidades; por tanto, en la sesión ordinaria Nº 594, se presentó una propuesta, donde los rectores firman un documento y se comprometen a introducir acciones, medidas y políticas, para atender cualquier inequidad dentro de las universidades y luego viene la nueva Ley de Universidades Estatales, donde según el Art.5, se debe resguardar y garantizar la equidad de género. En cuanto a los diagnósticos que han permitido ver la realidad de las universidades, ha sido posible identificar que las instituciones con mayor reconocimiento de calidad (años de acreditación), no presentan necesariamente los mejores indicadores en equidad de género. Esto sugiere que es la voluntad política de los gobiernos universitarios y de los rectores, lo que explicaría los avances en políticas de equidad de género, elemento decisivo para transformar la calidad de vida universitaria. ENFOQUE DE INTERCULTURALIDAD EN UNA POLÍTICA DE GÉNERO “Donde hay diversidad sociocultural, también existe desigualdad, la cual muchas veces es estructural y es ahí donde se debe poner el foco, ya que diversidad sociocultural no puede ser sinónimo de desigualdades, donde existen relaciones de poder que generan esas desigualdades” agregó. Finalmente menciona los desafíos que tiene la UFRO, antes de pensar un diagnóstico con el componente intercultural que son: reconocer el contexto histórico y social del territorio donde se emplaza la Universidad, revisar cómo se han construido las relaciones sociales, en relación con la diversidad sociocultural, comenzar de la premisa que los pueblos indígenas son preexistentes al estado y a la propia universidad, revisar los procesos actuales de migración y cómo han ido cambiando y finalmente, se necesita generar información de la diversidad sociocultural en todos los estamentos; debe hacerse una caracterización. “Se debe construir una política de género que involucre a todas las diversidades socioculturales que ahí confluyen, con el cuestionamiento de las relaciones de poder y la desigualdad existente, inclusive dentro de los mismos grupos hasta entonces minorizados o en condiciones de desigualdad” menciona la directora IEII. Las políticas para atender la desigualdad de género en las universidades, deben expresarse desde un compromiso ético y político desde cada gobierno universitario. Es por ello, que se propone la formulación de una propuesta institucional contenida en un Plan de Igualdad de Género, que articule todos los procesos y niveles de manera operativa y transversal con la perspectiva de género. La igualdad en las políticas educativas tiene como objetivo, eliminar los prejuicios sexistas persistentes a través de los estereotipos de género. INTEGRANTES COMISIÓN REDACTORA
Escrito por: Carmen Hernández Cifuentes
Dirección de Comunicaciones |