El entorno que nos rodea resulta clave en nuestro diario vivir. No es lo mismo salir de casa y ver un bosque a encontrarse con un paisaje árido o completamente urbano.

Los territorios que poseen lagos, ríos, montañas, cerros, bosques u otras amenidades naturales resultan muy atractivos para la población, tanto en áreas urbanas como rurales. Muchas veces son sinónimo de bienestar y calidad de vida de quienes tienen la suerte de vivir en espacios con estas características.

Sin embargo el crecimiento de la población en este tipo de zonas va en aumento, y a mediano plazo se espera que haya una fuerte interacción entre espacios urbanos y naturales, causando presión – e incluso destrucción- en el ecosistema, en los servicios ambientales (ejemplo: producción de agua, alimentos, belleza escénica) y por consiguiente en el bienestar de la población.

Y precisamente evaluar esa incidencia en el bienestar de las personas y cómo el entorno juega un rol clave es uno de los propósitos del proyecto que lidera el Dr. Adison Altamirano, investigador del Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad de La Frontera.

Para ello escogió diferentes paisajes urbano-lacustres del centro-sur de Chile y Argentina, relacionados históricamente con entornos naturales -zonas cercanas a Bariloche y Pucón específicamente- que son de interés turístico, pero que a la vez presentan altas tasas de expansión demográfica en los últimos años y que progresivamente, están incidiendo en el diariovivir de las personas.

Según el investigador, hay estudios que sugieren que es posible compatibilizar el crecimiento poblacional y la provisión de servicios ambientales, siendo relevante encontrar un balance entre ambas variables. “Queremos entender cómo el territorio se relaciona con la provisión adecuada de estos paisajes y cómo estoafectaa sus habitantes”, señala Altamirano.

ESCENARIO IDEAL

Es un tópico que ha sido poco explorado y hay poca atención sobre los principales impulsores y causas que explican la demanda por servicios ambientales, lo cual es clave para entender los efectosen el bienestar humano.

Es así como el estudio plantea la existencia de umbrales en las características del paisaje que potencian un mejor balance (trade-off) en la provisión de estos servicios en paisajes urbano-lacustres.

“Un mejor balance sería un buen escenario para todos; implicaría la existencia de servicios ambientalesclaves, de los cuales dependería la percepción de bienestar de una comunidad, pero eso también varía en función de las características de cada territorio”, agrega.

Esto último se debe a que la percepción de bienestar es multidimensional y dinámica al ser altamente dependiente de la cultura, el entorno, además de poseer una evolución temporal. “Conocer esto es fundamental para proponer y evaluar políticas públicas que busquen mejorar el bienestar de la población, ayudandoademás a compatibilizar el crecimiento poblacional y la conservación de los ecosistemas naturales”, cierra el Dr. Altamirano.

Escrito por: Lorena Espinoza Arévalo
Vicerrectoría de Investigación y Postgrado