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Jose Maria Rey Benayas

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Jose Maria Rey Benayas conferencia UFRO

Considerado como uno de los referentes mundiales en restauración ecológica, el experto español se encuentra en la UFRO como parte de un proyecto MEC de CONICYT, y fue el encargado de inaugurar el año académico de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales.

“La agricultura a nivel global está en una encrucijada”, así sentencia el experto español Dr. José María Rey Benayas la necesidad de aportar nuevos enfoques a este sector productivo, de manera que ayuden a disminuir los impactos ambientales y la huella ecológica que genera.

A pesar de eso, su mensaje es positivo. Para el experto de la Universidad de Alcalá (España) y uno de los creadores de la Fundación Internacional para la Restauración Ecológica (FIRE), conciliar la producción agrícola y mantener la biodiversidad y los servicios ecosistémicos es posible, incluso pueden aumentarse y resultar beneficioso para la propia actividad productiva.

¿Cómo hacerlo? Rey Benayas explica que las estrategias para restaurar en paisajes agrícolas pueden ir por dos vías. Una que implique separar la tierra, es decir, restaurar un hábitat a expensas de una superficie agrícola, y otra que tenga el foco en compartir la tierra, en lo que se denomina una “agricultura amiga” compatible con la biodiversidad y la diversificación de los servicios ecosistémicos.

Su apuesta va por esta última, porque concilia agricultura y biodiversidad a escala de la parcela o predio y del paisaje, mientras que la separación de tierra sólo lo hace a escala del paisaje. “La agricultura amiga tiene varias posibilidades como es adoptar prácticas agrícolas basadas en la biodiversidad, por ejemplo, policultivos en lugar de monocultivos convencionales, o aprender de las prácticas tradicionales como el descanso de la tierra”, comenta. Las posibilidades también van por transformar la agricultura convencional en orgánica, y los cultivos y pastos simples en sistemas agroforestales.

MANICURA
Estas posibilidades no son excluyentes, más bien se complementan. Pero el especialista español va más allá y propone sumar “manicura” al campo, como llama a los elementos que considera estratégicos para beneficiar a la biodiversidad y sus funciones, que compiten poco o nada con el espacio y, sobre todo, son “posibilistas en un mundo real”.

“Hay varias acciones que podemos hacer en un campo, como es plantar árboles aislados o crear cercas vivas, que es incluir parches de forma lineal de vegetación nativa en los bordes de los caminos, los ríos y esteros, y en los lindes, que traen muchos beneficios, ya que sirven para delimitar las propiedades, además del valor estético, reducen la intensidad del viento y con ello la erosión del suelo, desecación y abrasión de los cultivos sensibles”, detalló.

Los beneficios continúan y suman con simples actuaciones que favorecen también el control biológico de plagas y la polinización. Comenta que instalar charcas, abrevaderos o recrear humedales a partir de los efluentes de los propios regadíos propician fauna que ayuda a controlar a invertebrados que pueden ser enemigos de los cultivos.

Las perchas artificiales y las cajas nidos también ayudan a mantener en el campo aves rapaces e insectívoras que actúan como control biológico de roedores y de insectos, lo que incluso sirve para predecir el consumo de estos animales en función de la ocupación de estas cajas y el número de pollos por pareja de aves nidificante.

CAMPOS DE VIDA
Para Rey Benayas sumar acciones de este tipo trae beneficios desproporcionadamente elevados para la biodiversidad. “Solo una pequeña proporción del territorio debe restaurarse para conseguir esquemas de doble ganancia, para el productor y para la biodiversidad. No hay cifras mágicas, el 7% puede ser orientativo, es el porcentaje de superficie que los productores en Suiza deben dejar como áreas de compensación ecológica para obtener la certificación orgánica”.

De los beneficios bien conoce el investigador con el proyecto “Campos de Vida”, la principal propuesta de restauración ecológica de la FIRE que nació en 2008 para implementar estas estrategias en alianza con agricultores, a quienes ha traído beneficios.

“Hemos registrado una marca y nuestro lema es ‘producimos alimentos y biodiversidad”. La etiqueta se asocia a productos que vienen de campos donde se han implementado actuaciones de “manicura” o restauración agroecológica estratégica; esto implica una serie de beneficios explícitos para los productores, en primer lugar, cantidad y calidad de cosecha, valor comercial añadido, imagen externa positiva para el público, responsabilidad social corporativa y agroturismo”.

El desafío es transitar hacia una expansión generalizada de la agricultura amiga de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, para lo cual se necesita financiamiento, sensibilizar al público, educar, capacitar y, sobre todo, seducir con ejemplos exitosos.


FIRE-CHILE
Estas acciones de restauración ecológica se promoverán también en nuestro país a través de FIRE-CHILE, en la cual tendrá una participación estratégica la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales de la Universidad de La Frontera, específicamente con un plan piloto a implementar en el Campo Experimental Maquehue.

Esta fundación internacional nació para transferir a la sociedad conocimiento y experiencia para restaurar ecosistemas en distintas partes del mundo, generar información científica y técnica relevante, levantar proyectos y capacitar, entre otros.

 

El Dr. José María Rey Benayas se encuentra en la Universidad de La Frontera como parte de un proyecto del Concurso de Atracción de Capital Humano Avanzado en el Extranjero de CONICYT, junto al Dr. Adison Altamirano, investigador del Departamento de Ciencias Forestales.

 

escrito porEscrito por: Jassna Sepúlveda Beltrán
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