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UFRO rector eduardo hebel

 

 

 

El 8 de septiembre, desconocidos incendiaron tres inmuebles en la zona de Lloncao en Cañete. En su huida se encontraron con un vehículo donde estaba, junto a dos amigos, el joven de 21 años Moisés Orellana Pávez, que sin mediar provocación, recibió un disparo en la cabeza y murió. Aún no se sabe por qué. Menos de un mes más tarde, el 3 de octubre otro grupo de encapuchados emboscó, incendió y baleó a una caravana de trabajadores que venían saliendo de las faenas del Fundo Agua Buena en Curaco, en las cercanías de Collipulli. Ese día, Pedro Cabrera Benavides de 49 años, resultó muerto por un disparo en la cara. Tampoco se sabe quiénes dispararon ni por qué. Y el viernes 30 de octubre, en un incidente en el sector de Metrenco, 5 kilómetros al sur de Temuco, un grupo de desconocidos levantó una barricada y posteriormente le dispararon al joven carabinero Eugenio Naín Camiumil, de 24 años, quien hacia patrullaje en el sector.

Son tres muertes sin sentido que han impactado a familias, amigos y cercanos. La información que se ha dado a conocer deja espacio para dudas y la única certeza que tenemos como ciudadanos de La Araucanía es que el o los homicidas están libres. Hago este relato y afirmación porque creo que, si hay algo que no debemos perder, es la capacidad de asombro. No es posible que normalicemos la violencia en la región, como tampoco normalizar que crímenes de esta envergadura queden sin respuestas, sin culpables y sin justicia.

Desde la UFRO, y con una mirada estrictamente académica, nos hemos dedicado por años a investigar qué hay detrás de estas acciones y discursos, al tiempo de estudiar lo que han hecho los distintos gobiernos a lo largo de la historia. Nuestro conocimiento siempre ha estado puesto al servicio de quienes lo necesiten, con el fin de hacer lecturas de hechos más precisas y enmarcadas en un contexto histórico, que nos ayude a entender el porqué de los sucesos.

Sin embargo hoy, desde una mirada como ciudadano, mi deseo es que estos crímenes no queden impunes -ni ningún otro-, y mi llamado es a la paz, a la no violencia y a la unión.

La Araucanía no merece más muerte.



Compartimos enlace a columna de opinión publicado por Diario El Austral en su edición del viernes 6 de noviembre el título  "No perdamos la capacidad de asombro”.