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Cristian labbe

 

Los desafíos educacionales a nivel nacional con apoyo de tecnología, incluidos el mejoramiento de los procesos de enseñanza-aprendizaje, formación y evaluación docente han sido abordados tradicionalmente por organizaciones públicas y privadas cercanas geográficamente a las grandes urbes, léase Santiago, Valparaíso y Concepción. Así, en el imaginario colectivo, la frase “Santiago no es Chile”, está mutando hacia “Santiago, Valparaíso y Concepción son Chile” pero esto tampoco, como la intuición nos alerta, refleja la realidad.

En tecnologías y educación, hace más de 25 años, La Araucanía y en particular nuestra universidad, marcaron un hito a nivel nacional con el surgimiento de una iniciativa que cambió la forma en que docentes y estudiantes de escuelas y liceos interactuaban con el incipiente mundo de las computadoras e Internet: el Proyecto Enlaces, que permitió a varias generaciones de estudiantes y docentes dar sus primeros pasos en la era digital. Enlaces no solo fue el inicio de una transformación a nivel escolar mediada con tecnología, sino que también creó un polo de desarrollo capaz de resolver desafíos educativos de relevancia nacional y generar capacidades humanas y técnicas no solo en La Araucanía, sino que en todo el país.

Hasta hoy, la Universidad de La Frontera sigue siendo vista como referente en temas de tecnología y educación, y como ente capaz de investigar y crear proyectos innovadores con tecnología a nivel local, regional y nacional. Es sobre esto último donde destaca la relevancia de poder informar a la política pública desde el territorio en ámbitos en los cuales estamos o hemos desarrollado proyectos, tales como: la formación inicial docente, la evaluación de desempeño docente, la evaluación de aprendizajes en formatos digitales, la formación técnica en establecimientos educacionales o la formación de docentes en ejercicio en el uso de tecnologías digitales.

Si bien la evidencia muestra que existe capacidad humana y técnica para desarrollar soluciones nacionales desde la región, la aparición intempestiva del Covid exacerbó sentidos que teníamos poco desarrollados. La pandemia, no solo tuvo efectos nefastos en la salud de la población, sino que produjo un terremoto en las concepciones y prácticas relacionadas con la entretención, la enseñanza, el aprendizaje y el trabajo. Ahora bien, este terremoto permitió vislumbrar nuevas formas de hacer lo que hacíamos siempre y la presencialidad (obvia en el quehacer diario para la mayoría) fue, de un día para otro, reemplazada por “lo remoto”. Gracias a la implementación de un buen número de políticas públicas orientadas a fortalecer la infraestructura tecnológica y de conectividad del país, buena parte de la ciudadanía pudo permanecer conectada. Esto permitió atraer capital humano avanzado a nuestra casa de estudios con identidad eminentemente regional, pero que se proyecta con visión nacional, y donde hoy se encuentran trabajando remotamente profesionales y técnicos desde distintos lugares, rompiendo así las barreras geográficas. Hoy estamos más cerca, hoy estamos al alcance de un clic.

Entonces, en lo respecta a tecnologías y educación, y considerando a La Araucanía como la punta del iceberg para resolver desafíos nacionales, la incorporación de la región a la frase icónica tampoco reflejaría a cabalidad lo que está ocurriendo, pero su inclusión ayudaría a entender que la imagen asociada a que los desafíos educativos se resuelven casi exclusivamente a nivel central, ya no es tal.

 

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escrito porEscrito por: Christian Labbé B.
PhD. Director del Instituto de Informática Educativa UFRO