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Informe elaborado por investigadores de la Universidad de La Frontera y Queensland University of Technology, Australia, examinó los factores asociados con la gravedad de las lesiones de ciclistas en Chile, de acuerdo a bases de datos del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones del Gobierno de Chile.

Los ciclistas menores de 18 y mayores a 45 años, tienen más probabilidades de sufrir lesiones graves en accidentes de tránsito. Así lo determinó un informe académico que analizó los factores individuales y contextuales, asociados con la gravedad de las lesiones de ciclistas en incidentes de tránsito entre ciclistas y automovilistas en Chile.

Se trata de un informe elaborado por investigadores de la Universidad de La Frontera y Queensland University of Technology, Australia, en el que se realizó un exhaustivo análisis de la base de datos de Accidentes de Tránsito de Ciclistas y Consecuencias de 2016 del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones del Gobierno de Chile. El registro examinó los factores asociados con la gravedad de las lesiones de ciclistas en Chile.

De acuerdo al análisis de los datos, el estudio demostró que el 2,3% de todos los incidentes de automovilistas-ciclistas reportados en los registros policiales (4093), resultan en la muerte de un ciclista chileno; mientras que un 22,8% resulta en lesiones graves y 58,4%, en lesiones leves.

La mayoría de los incidentes involucraron colisiones (84,3%), principalmente debido a que un automovilista se distrajo mientras conducía (50,4%).

En el estudio, los ciclistas de mediana edad y mayores (≥45 años), tienen más probabilidades de sufrir lesiones más graves, incluida la muerte, en incidentes que involucraban a conductores, que los ciclistas adultos más jóvenes (de 18 a 34 años). Además, en el estudio, los ciclistas más jóvenes (<18) tienen más probabilidades de sufrir lesiones graves, en comparación con los ciclistas de 18 a 34 años.

Otros hallazgos fueron, que la mayoría de los incidentes de tránsito fueron colisiones entre un vehículo de motor en movimiento y una bicicleta en movimiento, causadas por la imprudencia de un automovilista, como ya se ha encontrado previamente en Chile (Blazquez et al., 2015).). Además, la mayoría de los incidentes de tránsito ocurrieron en carreteras en buen estado y secas, en días soleados, entre semana, entre las 9:00 am y las 4:59 pm, en ciudades con alta densidad de población y en la zona central. La mayoría de los ciclistas involucrados, tenían entre 18 y 34 años, principalmente hombres.

El estudio también indica, que la causa de un incidente entre automovilistas y ciclistas que se asoció más fuertemente con la gravedad de la lesión, fue un automovilista que conducía bajo la influencia del alcohol, una causa que aumentó la probabilidad de que un ciclista sufriera una lesión grave en un 42%. El hallazgo respalda los de un estudio descriptivo anterior (Blazquez et al., 2015), en el que se concluyó que conducir en estado de ebriedad es la principal causa que contribuye a los choques de ciclistas en varias regiones de Chile.

Un resultado relevante del estudio es que los incidentes de tráfico entre ciclistas y automovilistas pueden ser más probables y más graves en comunidades de tamaño medio que en comunidades de mayor densidad, que tienen mayores redes de infraestructura para bicicletas. Es posible que la asociación entre el tamaño de la población y la gravedad de las lesiones esté moderada por la presencia y la longitud de la infraestructura para bicicletas. En Chile, las comunidades medianas tienen poca o ninguna de esta infraestructura. Por ejemplo, La Serena, Osorno y Valdivia tienen solo 17 km, 15 km y 22 km de infraestructura ciclista, respectivamente (SECTRA, 2018).

En consecuencia, los incidentes de tráfico entre ciclistas y automovilistas, pueden ser más probables y graves en comunidades de tamaño medio que en comunidades de mayor densidad, que tienen mayores redes de infraestructura para bicicletas (SECTRA, 2018). Sobre este punto, los hallazgos sugerirían que el gobierno debería priorizar la construcción de infraestructura nueva y ampliada en comunidades de tamaño medio.

RECOMENDACIONES
Las conclusiones de los investigadores sugieren la necesidad de esfuerzos educativos para promover un comportamiento de conducción segura en presencia de otros usuarios de la carretera como ciclistas; una mejor aplicación de las leyes de conducción en estado de ebriedad y distraída existentes, así como un aumento de las sanciones por conducción distraída o ebria, dando también prioridad a la construcción de ciclovías a mitad de camino.

A ello, se suman programas de capacitación en bicicleta, específicamente, para niños, jóvenes y para adultos mayores, para ayudarles a conocer aspectos de seguridad, construcción de instalaciones de alto nivel con separación del tráfico para andar en bicicleta, y mejor iluminación en las ciclovías para andar en bicicleta por la noche, a fin de reducir la alta incidencia de lesiones graves por ciclistas en incidentes de automovilistas-ciclistas.

Por último, dada la alta probabilidad de lesiones a los ciclistas que se encontró en el estudio, se recomienda una mejor coordinación entre las agencias gubernamentales que supervisan la seguridad del tráfico. Específicamente, el trabajo intersectorial del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) de Chile, Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) y Ministerio de Obras Públicas (MOP), es fundamental para ahorrar costos y maximizar el efecto de las estrategias y programas diseñados para mejorar la seguridad vial para ciclistas.

“En Chile han existido iniciativas a favor de la seguridad de ciclistas, incluyendo campañas audiovisuales, leyes y construcción de infraestructura; pero muchas no han tenido el alcance ni el impacto deseado, y las sanciones hacia los conductores por conducción imprudente/peligrosa, no son proporcionales al daño que causan en un ciclista o a su familia. Por ejemplo, en Queensland, Australia, las sanciones por conducción peligrosa son altísimas, y si existe la agravante de muerte del ciclista, la sanción puede llegar hasta 44.000 AUD (>24 millones CLP) y/o 14 años de prisión, sin considerar la compensación económica y de salud/rehabilitación en favor del ciclista lesionado. El llamado en Chile, es a endurecer la legislación actual y proveer mecanismos de fiscalización en favor del ciclista, quien debe compartir el espacio vial junto a los conductores, quienes a través de estas sanciones, se busca que desarrollen el respeto y cultura vial para todos sus usuarios”, explicó el investigador Damián Chandía, investigador del Queensland University of Technology, Australia.

“Estos datos son muy relevantes, ya que durante el último año, a pesar de que se disminuyó la movilidad de personas por pandemia, la cantidad de muertes de personas en bicicleta que fueron atropelladas por vehículos motorizados, aumentó en casi un 30%. Es urgente que el gobierno cumpla con la promesa de su plan de gobierno, de construir 800 km adicionales de ciclovías en el país. También es necesario que se agilicen, entre otros proyectos, la ley CATI (Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones), para que se puedan identificar y sancionar rápidamente los conductores que transiten en vehículos a exceso de velocidad”, sostuvo por su parte el Dr. Nicolás Aguilar, académico del Departamento de Educación Física, Deportes y Recreación de la Universidad de La Frontera.


Estudio disponible hasta el 2 de mayo, en el siguiente enlace:
https://authors.elsevier.com/c/1cjxPLDR1O9v

escrito porEscrito por: Sergio Valenzuela Sanzana
Dirección de Comunicaciones