Con más de 177 años de historia, la importancia de las cooperativas se sustenta en el fomento de la economía social, dado que la asociatividad mejora la productividad gracias a las economías de escala y a la diversificación.

De acuerdo a estudios de CEPAL, en Chile, la economía social representa un 2,4% de la fuerza de trabajo formal. Según el registro de la DAES a abril 2023, existen 1702 cooperativas activas que realizan actividades económicas y productivas para beneficio de sus comunidades. La Araucanía concentra la segunda mayor cantidad, sumando 225 cooperativas.

El estudio “Identificación y Diagnóstico en terreno de Cooperativas del sector silvoagropecuario y la cadena de valor asociada, en la región de La Araucanía”, del Instituto de Agroindustrias UFRO, financiado por la Fundación para la Innovación Agraria, indica que existen 105 cooperativas operativas en el sector silvoagropecuario, donde el 76,1% están conformadas mayoritariamente por población mapuche. En localización, el 78,1% son de las comunas de Temuco, Padre Las Casas, Vilcún, Imperial y Freire, concentrando el 42,8% de ellas. Un dato revelador está asociado a las categorías analizadas; Gobernanza, Gestión financiera, Negocio cooperativo, Servicios financieramente sostenibles e Incidencia Política, cuyo promedio de evaluación es de “muy débiles” en el manejo profesional.

En la región, considerando el movimiento cooperativo (número de cooperativas y sus socios), asociado al impacto de estas organizaciones al desarrollo de productores/as y al territorio donde están insertas, el Instituto de Agroindustrias consiente de este “desafío”, ha impulsado acciones que van en beneficio para las cooperativas, como es la generación del primer diplomado en “Gestión de cooperativas para el desarrollo de negocios agroalimentarios” cuya primera versión favoreció a 23 alumnos a través de becas capital humano de CORFO. Sumado a ello, se ejecutan a través de FIA, cuatro proyectos de innovación AGROCOOPINNOVA, que fortalece las capacidades técnicas y de equipamiento de cooperativas y, por último, el proyecto “Producción de jugos de berries con calidad mejorada por procesos no tradicionales” ejecutado por la cooperativa campesina REWE Ltda.

A pesar de todo ello, los esfuerzos deben de ser promovidos del trabajo mancomunado con los principales actores de la cadena de valor, involucrando la academia, la sociedad civil y los gremios representativos del movimiento cooperativo de la región, permitiendo descentralizar la toma de decisiones para el fomento cooperativo, considerando la realidad regional y territorial.

CEPAL describe los instrumentos de fomento para las cooperativas en Chile como de primera generación, evidenciando la falta de acompañamiento permanente para fortalecer sus capacidades y procesos. Un ejemplo de ello se aprecia en la diversidad de instituciones que apoyan a cooperativas, sin embargo, éstas actúan de forma desarticulada, lo que impide generar procesos de crecimiento y consolidación. Por ello se hace latente revisar el rol del Estado para la creación de una política pública que genere programas e instrumentos a la medida de las necesidades de las cooperativas del país.

Escrito por: Silvana Catrilaf González
Instituto de Agroindustrias