#Opinión- Valeska Geldres: La inestabilidad global y su impacto en los negocios internacionales

En este contexto, es fundamental comprender que, en un mundo interconectado, los conflictos internacionales no son ajenos ni lejanos. Lo que ocurre a miles de kilómetros impacta directamente nuestras economías locales y las decisiones empresariales cotidianas.

El reciente conflicto entre Israel, Irán y Estados Unidos ha desencadenado una serie de impactos que trascienden lo político y militar, afectando directamente el comercio global y la estabilidad económica. Aunque se informa de una aparente tregua, las tensiones persisten, y los efectos geopolíticos y económicos están generando una inestabilidad global sin precedentes.

Desde una perspectiva geopolítica, el estrecho de Ormuz – por donde transita cerca del 20% del petróleo mundial – se ha convertido en un punto crítico de interés estratégico. Para un país como Chile, que importa más del 95% del petróleo que consume, un eventual bloqueo del estrecho podría generar un alza en el costo del petróleo, lo que se traduciría en mayores costos logísticos y productivos, presión inflacionaria y pérdida de competitividad para nuestros exportadores.

La incertidumbre global también ha incrementado la aversión al riesgo en los mercados financieros internacionales, elevando las primas de seguros logísticos y afectando negativamente las cadenas de suministro. Estos factores, combinados, generan un entorno desafiante para las empresas exportadoras chilenas, que dependen de la estabilidad y previsibilidad del comercio internacional.

Las compañías multinacionales están reevaluando sus inversiones y operaciones en la región del Golfo, lo que refleja cómo un conflicto localizado puede tener consecuencias globales: interrupción de flujos logísticos, aumento de costos operacionales y desafíos para la planificación estratégica.

En este contexto, es fundamental comprender que en un mundo interconectado, los conflictos internacionales no son ajenos ni lejanos. Lo que ocurre a miles de kilómetros impacta directamente nuestras economías locales y las decisiones empresariales cotidianas.

Frente a este escenario, el sector privado exportador chileno puede adoptar diversas estrategias para mitigar riesgos y fortalecer su competitividad, aquí me sumo a algunas de las recomendaciones de KPMG 2025.

Una estrategia clave para las organizaciones es fortalecer su resiliencia y reputación mediante una gestión eficaz de la ciberseguridad y la gobernanza de datos. Esto requiere manejar la información de forma responsable, segura y transparente, lo cual es fundamental para conservar la confianza de clientes e inversionistas en un entorno global cada vez más exigente.

Otra acción importante es rediseñar las cadenas de suministro, orientándolas hacia modelos más cortos, simples y diversificados en términos geográficos. Esta transformación busca minimizar la exposición a riesgos externos. Además, delegar ciertas funciones a terceros puede ser una forma efectiva de aumentar la eficiencia, acceder a conocimientos especializados y adaptarse con mayor rapidez a los cambios del contexto internacional.

En tiempos de incertidumbre y transformación constante, es indispensable un esfuerzo conjunto. Fomentar una cultura organizacional sólida, alineada con los valores y metas estratégicas, se vuelve esencial para afrontar con éxito los desafíos de un entorno global cada vez más volátil.

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