#Opinión – Valeska Geldres / Chile frente al nuevo escenario con EEUU: mercados estables y demanda creciente como ruta exportadora

Los mercados con mayor potencial exportador para Chile ofrecen condiciones comerciales favorables y representan una oportunidad estratégica para compensar la pérdida de competitividad en Estados Unidos, profundizar las relaciones bilaterales y desarrollar estrategias de marketing específicas por producto y mercado.

En un contexto global marcado por tensiones comerciales y transformaciones geopolíticas, las exportaciones chilenas de alimentos enfrentan desafíos inéditos. Los alimentos han adquirido un rol estratégico en la matriz exportadora chilena, representando en 2024 el 12% del total de exportaciones del país y el 24% de las exportaciones no relacionadas con el cobre. Este crecimiento refleja no solo la diversificación de la oferta exportadora, sino también el posicionamiento de Chile como un referente global en producción agroalimentaria de calidad.

El reciente arancel del 10% impuesto por Estados Unidos ha generado una reconfiguración profunda del comercio internacional, afectando no solo a Chile, sino también a competidores como México y Perú. Esta medida obliga a los exportadores a replantear sus estrategias, reforzar atributos diferenciadores como sostenibilidad y trazabilidad, y acelerar la diversificación hacia mercados con condiciones arancelarias más favorables.

En 2024, las exportaciones chilenas de alimentos a Estados Unidos estuvieron lideradas por productos de alto valor y volumen, que hoy se perfilan como los más expuestos a los efectos de los aranceles.

De acuerdo con cifras del International Trade Centre (ITC), destacó el salmón, con envíos por 2.363 millones de USD (SA 030441, 030481, 030214, 030541, 030452), seguido por la fruta fresca con 740 millones de USD (arándanos rojos, mandarinas, cerezas, naranjas, clementinas, limones, duraznos, kiwis, ciruelas y manzanas). Las uvas frescas alcanzaron 528 millones de USD, la carne de ave 213 millones, los vinos 163 millones (SA 220421, 220429), y los berries y frutas congeladas sumaron 126 millones de USD (SA 081190, 081110, 081120).

En este escenario, comprender la dinámica competitiva es fundamental. Las decisiones que tomen los exportadores de alimentos dependerán de su posición relativa en el mercado estadounidense, especialmente ante el ingreso de nuevos competidores, lo que exige estrategias diferenciadas según cada producto.

En salmón fresco, Chile mantiene una ventaja relativa frente a Noruega, que enfrenta un arancel del 15%, siempre que se refuercen atributos como calidad, trazabilidad y sostenibilidad. En uvas frescas, el arancel del 10% aplicado simultáneamente a Chile y Perú no altera la ventaja relativa entre ambos países en el acceso al mercado estadounidense. No obstante, Perú mantiene una ventaja competitiva por su crecimiento exportador sostenido y liderazgo en participación de mercado.

En fruta fresca, México ha sido gravemente afectado por un arancel del 25% en productos que no cumplen con los requisitos del TMEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), lo que abre una ventana de oportunidad para que Chile refuerce su presencia en Estados Unidos, siempre que mantenga sus estándares de calidad y certificaciones internacionales.

Los mercados con mayor potencial exportador para Chile ofrecen condiciones comerciales favorables y representan una oportunidad estratégica para compensar la pérdida de competitividad en Estados Unidos, profundizar las relaciones bilaterales y desarrollar estrategias de marketing específicas por producto y mercado.

En este sentido, Brasil, con una alta dependencia del salmón fresco chileno, se consolida como un mercado prioritario para fortalecer vínculos y posicionar productos con valor agregado. Asimismo, Europa y China presentan oportunidades crecientes para frutas frescas y uvas, donde Chile puede capitalizar su liderazgo en calidad y trazabilidad. Por otra parte, Canadá y Japón, destacan en la demanda de berries congelados, lo que abre espacio para campañas diferenciadas que resalten atributos nutricionales y de sostenibilidad.

En el caso del vino embotellado, Canadá y Brasil ofrecen condiciones atractivas para ampliar su presencia mediante narrativas de origen, excelencia y tradición. Estas estrategias permitirían a Chile reorientar su oferta internacional y adaptarse proactivamente a los cambios del entorno global.

La previsibilidad del mercado estadounidense ya no puede darse por sentada. La reciente sentencia judicial sobre los aranceles, emitida el 29 de agosto de 2025 en Estados Unidos, ha profundizado la incertidumbre jurídica en ese país, generando un entorno comercial aún más volátil.

Frente a este escenario, Chile cuenta con ventajas estructurales difíciles de igualar: una de las redes de Tratados de Libre Comercio más amplias del mundo, un reconocido historial en calidad alimentaria, y una industria exportadora resiliente y adaptativa.

El desafío no radica únicamente en preservar estas fortalezas, sino en proyectarlas estratégicamente hacia el futuro, mediante alianzas público-privadas más robustas y una inserción en mercados que valoran atributos donde Chile tiene liderazgo consolidado: excelencia productiva, trazabilidad confiable y sostenibilidad certificada.

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